¿Sientes intranquilidad y miedos intensos en tu día a día? ¿Evitas lugares o situaciones para prevenir sentimientos negativos? ¿A menudo te cuesta relajarte?
Los psicólogos de Vidas en Positivo te ayudamos mediante la terapia para combatir la ansiedad. Lograrás controlar tus pensamientos y aprenderás a relajarte. Retomarás poco a poco las actividades que habías estado evitando y volverás a ser feliz de verdad.

¿Qué es la terapia para combatir la ansiedad?

La ansiedad es un mecanismo de defensa natural de nuestro organismo que se pone en marcha ante situaciones de amenaza. Se trata de un sistema de alerta que nos ayuda a mejorar nuestra adaptación y nuestro desempeño.
Sin embargo, a veces la respuesta de nuestro organismo es desproporcionada. Puede llegar a ser tan intensa y prolongada que afecte tu salud y a las actividades diarias de tu vida. Es entonces cuando hablamos de un trastorno de ansiedad.
Junto con la depresión, la ansiedad es una de las enfermedades más comunes entre la población española. Es la causa de la mayoría de las bajas laborales.
En las sesiones de terapia para la ansiedad se utilizan varias técnicas, dependiendo de los síntomas y el tipo de trastorno. No obstante, todas las estrategias están encaminadas a reducir los niveles de ansiedad ante las situaciones o estímulos que la provocan.

¿Qué problemas se tratan en la terapia para la ansiedad?

Existen diversos tipos de trastornos de ansiedad, aunque todos presentan características comunes.
Por un lado, encontramos síntomas físicos como: mareo, náuseas, pulso acelerado, sudor, escalofríos, temblores, tensión muscular, sensación de ahogo, presión en el pecho, boca seca, dificultades para dormir, alteraciones en la alimentación.
Asimismo, se observan síntomas psicológicos: miedo irracional e intenso, preocupación excesiva, pensamientos y conductas repetitivas, recuerdo de hechos traumáticos, tristeza.
Los trastornos de ansiedad más frecuentes son los siguientes:
  • Trastorno de ansiedad generalizada: sensación constante de que algo negativo va a suceder y miedos o preocupaciones repetitivas que dificultan la concentración.
  • Trastorno de pánico: sentimiento de terror brusco e intenso. Aparece también un miedo anticipatorio de estos episodios.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo: se repiten ideas y sentimientos molestos e incontrolables, a la vez que la persona siente el impulso de realizar conductas rituales para evitar este tipo de pensamientos.
  • Trastorno de estrés postraumático: los recuerdos de un suceso traumático afectan a los pensamientos, sentimientos y conducta incluso años después de haber sucedido.
  • Fobia social: miedo desproporcionado ante situaciones sociales.
  • Agorafobia: temor irracional a visitar espacios abiertos.
  • Fobias específicas: miedos concretos ante situaciones o estímulos.

¿En qué consiste la terapia de la ansiedad?

El objetivo de la terapia para la ansiedad es poner en marcha rutinas y estrategias en la vida del paciente para que la ansiedad deje de ser un problema.
Existen varias técnicas psicológicas que se pueden aplicar en la terapia:
  • Técnicas de respiración: Son muy efectivas para calmar a nuestro sistema nervioso, y nos ayudan mucho cuando los síntomas físicos y los pensamientos están muy acelerados. La respiración es algo que podemos practicar en cualquier lugar y momento del día. Te enseñaremos técnicas y recursos de respiración para poder afrontar y prevenir también crisis de ansiedad en tu vida.
  • Técnicas de relajación: El psicólogo enseña de manera práctica este tipo de técnicas. De esta manera, el paciente aprende a relajarse, respirar de manera correcta y reducir su aceleración fisiológica.
  • Mindfulness: Se trata de una filosofía basada en la aceptación, la compasión y el foco en “aquí y ahora”. Parte de la base de que somos nosotros mismos quienes generamos nuestra propia ansiedad, con nuestra interpretación y nuestra manera de afrontar las situaciones. Al aceptar que un estímulo nos afecta, los síntomas se reducen.
  • Técnicas expositivas: En algunos casos se valora el miedo o la evitación y se trabaja cuando la persona está preparada y siempre con apoyo. Esta técnica consiste en la exposición ante situaciones o estímulos que considera amenazantes. Después de repetir la exposición varias veces, la persona siente mayor control sobre la ansiedad y esta acaba desapareciendo y la persona experimenta sensación de control sobre lo que antes le causaba temor, ansiedad y angustia.
  • Desensibilización sistemática: En esta técnica, el paciente se aproxima poco a poco al estímulo amenazante, de esta manera desarrolla habilidades para controlar su ansiedad y coger seguridad poco a poco.
  • Reestructuración cognitiva y de pensamiento: Esta técnica se basa en la modificación de los patrones de pensamiento erróneos, que hacen daño, que son intrusivos, irracionales o simplemente aquellas ideas que provocan la ansiedad.
Es importante recordar que la terapia para combatir la ansiedad requiere implicación por parte de la persona. Es imprescindible que tenga voluntad para cambiar y aprender nuevos hábitos de vida.

Para la realización de las terapias privadas online se usa un sencillo sistema de videollamada al que podrás acceder con solo un clic desde cualquier dispositivo que disponga de cámara y micrófono. La duración de las sesiones de terapia psicológica online es de 50 minutos. 

FAQS - Preguntas frecuentes Terapia para la Ansiedad

Cuando una persona sufre una crisis de angustia, su respiración se acelera tanto que se produce una hiperventilación, es decir, desciende el nivel de oxígeno en sangre.

Las sensaciones típicas del ataque de pánico están provocadas por este desequilibrio. Entre ellas se encuentran: mareo, sudoración, ahogo, temblores, taquicardia, etc.

Sí. Debido a que pueden existir varios estímulos desencadenantes, una persona puede padecer de manera simultánea más de un trastorno de ansiedad.

Existe un componente hereditario en estos problemas psicológicos. Si un miembro de la familia sufre este trastorno, existe un factor de riesgo para padecerlo.

No obstante, el hecho de que exista predisposición genética no es determinante. A la hora de desarrollar la enfermedad influyen muchos otros factores externos, hábitos de vida, circunstancias puntuales y experiencias vitales.